🎻 Orquesta de plectro: sus instrumentos (página en construcción)

«Dos bandurrias, una guitarra y un laúd… He aquí una verdadera orquesta española.. He aquí toda la música española…»

ANTONIO MACHADO

A lo largo y ancho de nuestra web se ha repetido mucho la palabra PLECTRO, y, sin embargo, no es un término habitual cuando «guaseamos» o «tuiteamos». Es por ello por lo que nuestra Orquesta quiere dedicar este espacio para introducir a aquellos neófitos (o novatos, como los llamarían en cualquier tuna) en los términos musicales que rodea a este «bonito palabro».

¿Qué es un «plectro»?

Aunque suene a FISTRO o PECADORRR (Chiquito dixit), según el diccionario de la Real Academia Española, el PLECTRO es el palillo o púa para tocar instrumentos musicales de cuerda.

Al igual que nos pasa en Sevilla con la Giralda (originalmente la torre no tenía nombre y cuando se colocó en 1568 una veleta o «giralda» en su cúspide, se le empezó a llamar Torre de la Giralda), la «puíta» o plectro ha pasado de identificar solo al triángulito de plástico o carey con el que se toca la cuerda del instrumento, a englobar el tipo de música que se interpreta con instrumentos tocados a púa.

De ahí que las ORQUESTAS DE PLECTRO estén compuestas en su mayoría por bandurrias y laudes, y que las ORQUESTAS DE PULSO Y PÚA, sean las que incluyen también instrumentos de cuerda tocados A PULSO (con los dedos), como la guitarra o el contrabajo.

Los instrumentos de las orquestas de Plectro

Bandurria

Es un instrumento que, de toda Europa, sólo se encuentra y difunde en España. Su tata-tatarabuela sería la Pandoura griega, (conocida por los romanos como Pandurium), que a su vez es tataranieta del Pantur mesopotámico, y tuvo en la antigüedad sólo tres cuerdas y el mástil liso y sin trastes; hoy tiene doce cuerdas pareadas, de tripa o nylon las seis primeras, entorchadas las otras seis, y el mástil con catorce trastes fijos de metal. Se toca con púa y suele llevar «la voz cantante» en las obras de plectro.

Laúd

También tuvo un antepasado árabe en el siglo VI de nombre al’oud, cuya tapa era de piel, siendo sustituida en el siglo VIII por una tapa de madera. Tuvo varios primos (laúd de arco, de cuello largo, de cuello corto) y se introdujo en España a través de la Andalucía musulmana. En 1600 tuvo variantes de 10, 14 y hasta 19 registros (cuerdas), y tiene como hermanos de madre al archilaúd, la tiorba y el torbán. En 1800 se tomo una excedencia, pero volvió con fuerza a principios del XX.

Guitarra

Ya sea clásica, flamenca o eléctrica, es el más conocido de los instrumentos de pulso. Su padre fue Antonio de Torres Jurado, quien en 1852 le dio la forma en la que nos ha llegado. Tiene seis cuerdas simples (tres de nylon y tres entorchadas) y, en las orquestas de pulso y púa, ejerce labores primordiales de acompañamiento, con algunos pasajes eventuales de solista. Desciende de la kettarah siria (1000 a. C) que en la India se transformó en el sitar. De ambos términos viene la palabra «guitarra». En ciertas partituras, la complejidad de la guitarra rivaliza con los arreglos del resto de instrumentos, debido, en parte, a la ausencia en el pulso del «alza púa» (movimiento bidireccional de la púa hacia arriba y hacia abajo).

Contrabajo (y bajo)

Este es un instrumento adoptado con cariño por las orquestas de plectro en los últimos tiempos. Proviene de la familia de instrumentos con arco de las grandes orquestas, pero su uso sin arco en el jazz hizo que el plectro se fijase en él para marcar las armonías bajas en las partituras. Es el más pesado y grande de los instrumentos, por eso sus intérpretes suelen quejarse de ser «los que más trabajan en la orquesta». En algunas ocasiones, ante la imposibilidad de contar con un contrabajo, sus funciones se suplen con un bajo eléctrico (al final, no sabemos qué pesa más, si el contra o un bajo con su amplificador… Por las quejas de los músicos, deben ser equivalentes).

Laudón

Sus amigos más íntimos también lo llaman bandurria barítono, pero a él no le gusta que le digan «bandurria», de ahí que él prefiera que lo llamen archilaúd. Es un instrumento joven (data de 1924) que está teniendo bastante repercusión en las OPP (no, no son siglas de partidos políticos, es la abreviatura de orquestas de pulso y púa) y posee 7 órdenes (o cuerdas, uno sencillo y el resto dobles) y, dependiendo de cómo abra su vestidor y se maquille, así puede ser de pico, de punta romana, de pera o calvete (éste último no suele usar champú). Tiene un primo segundo cerca de la Alhambra, el laudón granadino, al que le falta la séptima cuerda (por eso no están tan «concordados» el uno con el otro). Se corresponde con las voces de barítono y bajo.

Laúd contrabajo

Con sus cuatro cuerdas, este instrumento (al cual algunos llaman cariñosamente «la paellera» por su enorme caja) es el instrumento de púa más moderno y el menos extendido. Se escribe en clave de Fa en 4ª línea y responde una octava baja (de ahí que digan que es un «respondón»). No es habitual verlo formar parte de una orquesta de plectro, así que, si un día se lo encuentran en un concierto, no duden en hacerse una foto con él (suele ser muy atento con los fans y le encanta que lo reclamen).

Laudín

Es un instrumento más coqueto (y presumido) que la bandurria, y, aunque reniegue de sus orígenes, algunos aún le llaman bandurria contralto, dando una tesitura que se encuentra entre el laúd tenor (o laúd a secas) y la bandurria soprano (o bandurria a secas). Sin embargo, el laudín tiene cierto peso académico dentro de orquestas de plectro (aunque por su nombre no se lo tomen tan serio como otros). Su afinación procede de la mandolina (de ahí que le hicieran bulling de pequeño en el cole, cuando le decían «ni tu eres laúd, ni eres «ná»).

Percusión

No deberían aparecer aquí este tipo de instrumentos, ya que no son cordófonos (de cuerda), pero cada vez más frecuentemente los encontrarán en orquesta de pulso y púa, debido a que dan una base rítmica para las nuevas partituras que se están adaptando al mundo del plectro, tales como bandas sonoras, marchas procesionales y temas contemporáneos. Por este motivo hemos decidido darles su lugar aquí (y, sobre todo, por no escuchar a nuestros percusionistas quejarse de que les hacemos «vacío», que son muy sensibles, los pobres).

LAS ORQUESTAS DE PULSO Y PÚA (O DE PLECTRO)

El origen de las mismas es tan misterioso como la ubicación del Área 51 o la receta del postre favorito de Dabiz Muñoz, pero tiene unos antecedentes conocidos por muchos.

Las primeras referencias a agrupaciones en torno a los instrumentos de cuerda las podemos encontrar en las tunas universitarias, grupos que ya existían en el siglo XIV y que se dedicaban a alegrar a sus oyentes con cantos acompañados de estos instrumentos, a cambio de unas monedas para paliar sus necesidades. Hay quien dice, incluso, que los tunos son los continuadores de la tradición goliarda (estudiantes y pícaros que actuaban por un plato de sopa, y a los que se les conocía también como «sopistas»).

Algo más tarde, en el siglo XVI, pululaban por España bandas de música que usaban instrumentos de plectro llamadas rondallas, compuestos por jóvenes que tocaban delante de las casas o que pedían limosna en las calles, y que incluían en sus enseres mandolinas, violines, laudes, bandurrias, flautas, panderetas y triángulos. Muchas de estas rondallas primitivas se convirtieron en murgas y comparsas, cuyas actuaciones podían disfrutarse en tiempos de carnaval en siglos posteriores.

Estos grupos anteriores, tanto tunas como rondallas, no se podían considerar orquestas como tales, debido a la inclusión de instrumentos fuera del Plectro como tal, además de que su repertorio estaba compuesto por canciones populares, interpretadas por voces e instrumentos, alejándose así del concepto orquesta.

No es hasta la aparición en escena del músico vigués Germán Lago Durán [1883-1967] y sus orquestas (tanto la Orquesta Mandolinista Española fundada en 1911, como la Orquesta Ibérica de Madrid en 1928) que aparece el término «Orquesta de Pulso y Púa» en los registros escénicos y culturales.

Germán Lago Durán (1883-1967)

La Orquesta mandolinista española estaba compuesta por instrumentos de púa, guitarras y piano (que él mismo interpretaba) y fue el germen incipiente del concepto. La Orquesta ibérica de Madrid (que tuvo mayor repercusión) ya estaba compuesta por 50 profesores y su estructura era: bandurrín, bandurria principal (concertino), bandurrias 1ª (divididas en A y B), bandurrias 2ª (divididas en A y B), laúd contralto, laúd tenor (divididos en A y B), laúd bajo, guitarra 1ª y guitarra 2ª. Su primer concierto tuvo lugar el 14 de junio de 1929 en el Teatro de la Comedia de Madrid.

Casi simultáneamente, y animados por el doctor Francisco Aguilar (m. 1922), cuatro de los seis hijos de éste médico:  Paco, Ezequiel, Pepe y Elisa, nacidos en Murcia, crean en 1923 un cuarteto de laúdes españoles, el Cuarteto Aguilar. Pronto son reconocidos en Europa y América, con tal éxito que autores de la talla de Igor Stravinski y Joaquín Turina deciden escribir partituras para la agrupación. En 1936 protagonizaron la película Tararira (la bohemia de hoy) realizada por el director argentino Benjamín Fondane. Su actividad se vio interrumpida por la guerra civil, que los sorprende de gira por Argentina.

Cuarteto Aguilar: Paco (al fondo), Ezequiel (izq), Pepe (drcha) y Elisa (26/10/1931)

Un dato interesante, que vincula al plectro con la literatura se da con Paco Aguilar instalado en Buenos Aires durante su exilio. Allí, su amistad con Rafael Alberti le lleva a proponerle en 1942 que escriba un texto literario-musical que reflejase la historia del laúd desde sus orígenes hasta el siglo xx, integrando una serie de partituras y transcripciones de la mejor música española y europea. La capacidad lírica albertiana dio magníficos resultados en pocos meses, y así nació Invitación a un viaje sonoro, cantata a dos voces para verso y laúd con acompañamiento de piano, que el poeta dedicara al mismo Paco Aguilar. Una vez terminado el texto, que hoy se encuentra integrado en el libro Pleamar (1942-1944), los dos artífices del proyecto junto con el pianista Donato O. Colacelli se pusieron manos a la obra, y obtuvieron como resultado un atractivo espectáculo donde la palabra (en la voz del poeta) como el laúd son dos iguales que entablan un diálogo sobre la música y su historia nacida del pulso y la púa. Paco Aguilar moriría pocas semanas más tarde que Falla (Don Manuel el 14-XI-1946, Paco el 16-I-1947), ambos en la provincia argentina de Córdoba.

Paco Aguilar (laúd en mano), el pianista Oscar Collacelli y Rafael Alberti en la casa de
Manuel de Falla en Altagracia (Argentina) en 1945, un año antes de la muerte de éste último

Uno de los miembros destacados de la Orquesta Ibérica de Germán Lago fue el cubano Manuel Grandío Arcís [1920-1979], de la que fue concertino, pues «Manolito» (como le llamaba Lago) sobresalía por su facilidad de ejecución y dominio técnico (su hijo, Roberto Grandío [1951-1979], también bandurrista y profesor, le acompañó en sus andanzas musicales formando un dúo o siendo (el padre) concertino de la orquesta de laúdes del hijo. Como dato curioso sobre la repercusión de su nivel interpretativo y de su fama, diremos que participaron en grabaciones tan dispares y «modernas» para esa época como los primeros discos de Sergio y Estíbaliz, de la mano del director Juan Carlos Calderón).

Manuel Grandío Arcís (1920-1979) y Roberto Grandío (1951-1979), murieron con cuatro días de diferencia, antecediendo el padre al hijo

Una vez disuelta la Ibérica, Grandío trató de formar una orquesta que fuese reflejo de aquélla. En 1954 se hace cargo de la Rondalla del Parque de Precisión de artillería al mismo tiempo que abre una guitarrería en la calle Almansa de Madrid con el nombre de «Gigran». La Rondalla Santa Bárbara en 1957 y la del grupo financiero Fierro, dan paso a la del Instituto Nacional de Industria. En 1961 formó un grupo con los «supervivientes» de esas tres rondallas uniéndose en 1963 a algunos miembros de la desaparecida Ibérica. Todo esto desembocaría en la Orquesta de la Asociación Española de Pulso y Púa, que se pasó a llamar más tarde Orquesta Gaspar Sanz.

Curiosamente, La Orquesta de Laúdes Españoles Roberto Grandío, (creada por Roberto en 1976 como Orquesta de Laúdes Profesional) grabó en 1989, bajo las órdenes del madrileño Pedro Chamorro (alumno aventajado de Manuel Grandío) la «Invitación A Un Viaje Sonoro, Cantata Para Verso y Orquesta de Laúdes» de Rafael Alberti y Paco Aguilar. Lo que viene a demostrar que el mundo del Plectro es un pañuelo.

Orquesta de Laúdes Profesional, con Manuel Grandío a la izq, Pedro Chamorro a su izq. y Roberto Grandío (en el centro, sin instrumento)

Desde entonces, el género ha ido evolucionando y se han ido creando multitud de orquestas de plectro a lo largo del territorio español, con mayor incidencia de las mismas en el norte del país y zona de Aragón. De hecho, su presencia y lucha por el reconocimiento académico de los instrumentos de plectro ha dado como fruto la implantación de los instrumentos de púa en el Conservatorio Profesional de Música «Alcázar de San Juan» de Campo de Criptana en 1984, en el Conservatorio Profesional de Música «García Matos» de Plasencia ó la creación de una especialidad con titulación superior de instrumento de púa en el Conservatorio Superior de Música «Manuel Massotti Littel» de Murcia.

Asimismo, el 4 de mayo de 1997 nacía la Federación Española de Guitarra e Instrumentos de Plectro (FEGIP), que es una asociación creada por músicos aficionados y profesionales de la guitarra y de los instrumentos de plectro, es decir bandurrias, mandolinas y todos los instrumentos de su familia, y que cuenta con 105 asociados, de los que 61 son orquestas de plectro y guitarras, 38 socios individuales y 6 socios de honor.

La FEGIP se dedica a recuperar patrimonio musical publicando partituras históricas, promociona eventos, conciertos y festivales, publica trabajos de investigación, además de la revista ALZAPÚA, centrada en la historia, pedagogía, investigación, interpretación e información de los instrumentos de plectro, guitarra clásica y guitarra flamenca.

En definitiva, el Plectro sigue muy vivo hoy día y, desde CordoPhonia, es nuestra intención promoverlo de la forma más divertida, transmitirlo de la forma más digna y mantener su presencia en el Sur de España a través de nuestra labor solidaria y divulgativa.

FUENTES